HEMATOLOGÍA
Es la especialidad médica que se dedica al tratamiento de los pacientes con enfermedades hematológicas, para ello se encarga del estudio e investigación de la sangre y los órganos hematopoyéticos (médula ósea, ganglios linfáticos, bazo, etc) tanto sanos como enfermos.
La hematología es la rama de la ciencia médica que se encarga del estudio de los elementos formes de la sangre y sus precursores, así como de los trastornos estructurales y bioquímicos de estos elementos, que puedan conducir a una enfermedad.
La hematología es una ciencia que comprende el estudio de la etiología, diagnóstico, tratamiento, pronóstico y prevención de las enfermedades de la sangre y órganos hemolinfoproductores. Los médicos especialistas en este dominio son llamados hematólogos.
Las enfermedades hematológicas afectan la producción de sangre y sus componentes, como los glóbulos rojos, glóbulos blancos, la hemoglobina, las proteínas plasmáticas, el mecanismo de coagulación (hemostasia), etc.
A partir de la primitiva célula comprometida hacia serie roja, se forman los precursores eritroides para que éstos maduren   correctamente, es necesario que se divida       el núcleo (para la síntesis de ADN son necesarios el folato y la vitamina B12) y el citoplasma.          
El precursor inmediato del hematíe es el           reticulocito, que contiene sólo restos de organelas, mientras que el        hematíe es exclusivamente citoplasma formado casi completamente por            hemoglobina: hierro + hem + globina.    Si        falta    algunos de estos tres            componentes el eritrocito será pequeño (VCM bajo); por esto las anemias ferropénicas, las sideroblásticas por alteración exclusiva del hem y las talasemias (alteración de la globina), son microcíticas. Además, como la hemoglobina “da” el color al hematíe, estas anemias serán hipocromas. 
Cuando disminuyen los depósitos de hierro del organismo la ferritina sérica disminuye; esto ocurre aún antes de que haya anemia ferropénica por eso la ferritina sérica, que traduce los depósitos de hierro corporales, es el dato que mejor orienta a origen ferropénico cuando estamos ante una anemia microcítica.
Por otra parte, si el precursor no dispone de folato o vitamina B12 el núcleo no se dividirá, pero sí crecerá el citoplasma originando precursores en M.O grandes (megaloblastos) y células macrocíticas en sangre periférica (SP): anemias macrocíticas. Es bastante útil saber si la anemia es micro, normo o macrocítica para ayudar a dirigir las exploraciones complementarias.

Hematopoyesis:
Es el proceso mediante el cual se forman las células de la sangre en la médula ósea, a partir de una célula madre pluripotencial o stem cell. A partir de dicha célula se originarán las diferentes series celulares: eritrocitos, leucocitos y plaquetas.
La vida media de los hematíes es de unos 120 días, la de las plaquetas, de 8 a 10 días, y la de los leucocitos varía según su tipo. los granulocitos, tras unas 8 o 10 horas en el torrente circulatorio, migran a los tejidos donde sobreviven durante 1 o 2 días, mientras que los linfocitos viven durante varios años. La producción diaria de hematíes y plaquetas se aproxima a los 2.500 millones por kilo de peso, y la de leucocitos, a 1.000 millones/kg.
La hematopoyesis en el ser humano tiene diferentes localizaciones anatómicas a lo largo del desarrollo embrionaria, la producción de células sanguíneas comienza en el saco vitelino durante las primeras semanas de gestación, con agregados de células madre formando islotes sanguíneos. Se piensa que estos agregados primigenios son también precursores de las células endoteliales.
Entre el segundo y el séptimo mes, el hígado y en menor grado el bazo, los ganglios linfáticos y el timo, son los lugares más importantes de producción; a partir del séptimo mes, la médula ósea (MO), se convierte en el órgano hematopoyético principal hasta el nacimiento; desde entonces es el único foco de hematopoyesis en condiciones normales. Esto indica que las células madre son capaces de emigrar. En el recién nacido, el tejido hematopoyético activo (MO roja) rellena las cavidades de todos los huesos. Entre los 5 y los 20 años, los huesos largos van perdiendo lentamente su capacidad de producir células hemáticas y, a partir de los 20 años, el tejido hematopoyético se reduce a las vértebras, al esternón, a las costillas y a la pelvis. El hígado y el bazo mantienen una capacidad residual para la producción de células sanguíneas y, solo en circunstancias patológicas, reasumirán sus funciones

CÉLULAS MADRE O CÉLULAS STEM
Las células madre o stem se definen por su capacidad de autorrenovación para dar origen a otras células madre, y su capacidad de diferenciación hacia uno o varios linajes de células diferenciadas maduras. En la actualidad, se distinguen tres grupos de células madre:
  La célula madre totipotencial, que es capaz de producir cualquier célula del cuerpo, incluyendo los tejidos extraembrionarios.
  La célula madre pluripotencial, que tiene la capacidad de producir células de cualquiera de las tres capas germinales (endodermo, mesodermo y ectodermo). Puede dar origen a cualquier célula fetal o adulta, pero no tiene el potencial para producir tejido extraembrionario, como la placenta.
  La célula madre multipotencial, que tiene la capacidad de producir células específicas de una misma capa germinal (endodermo, mesodermo o endodermo). Se encuentran en todos los tejidos en muy pequeña proporción y son las encargadas de reemplazar las células destruidas en los mismos. La célula madre hematopoyética es el prototipo de célula madre multipotencial que da origen a todas las células de la sangre y del sistema inmune, y mantiene la hematopoyesis durante toda la vida del individuo.

SERIE ROJA
LOS ERITROCITOS
Los eritrocitos son células altamente especializadas en el transporte de oxígeno hacia los tejidos. El conjunto de células de la serie roja, es decir, desde los progenitores hasta la célula madura, se conoce con el nombre de eritrón, unidad considerada un verdadero órgano en términos funcionales.
La eritropoyesis que tiene lugar en la médula ósea es el proceso mediante el cual los progenitores eritroides progresan a través de diferentes estadios madurativos, transformándose en células cada vez más especializadas y maduras, hasta alcanzar la circulación sanguínea.


PROGENITORES ERITROIDES
·      BFU-E.  La célula madre que va a dar origen a la serie roja es la BFU-E (burst forming unit-erythroid), derivada a su vez de la célula pluripotencial o stem cell, la cual es capaz, de acuerdo con el estímulo recibido, de diferenciarse hacia granulocitos, eritroblastos, macrófagos o megacariocitos.

·      CFU-E.  A medida que el proceso de maduración progresa, se desarrolla la CFU-E (colony forming unit- erythroid), célula sumamente sensible a la acción de la eritropoyetina.
Tanto la BFU-E como la CFU-E se encuentran en mínimas proporciones en la médula ósea respecto del resto de los precursores eritroides. Observadas mediante microscopia electrónica, estas células se caracterizan por un gran nucléolo, abundantes polirribosomas y grandes mitocondrias, similares en cierto modo a los blastos.

·      Isla eritroblástica. consiste en uno o dos macrófagos rodeados de células eritroides en maduración. La adhesión entre macrófagos y precursores eritroides ocurre en el estadio CFU-E de maduración celular y continúa durante toda la eritropoyesis. Conforme continúa la maduración, los precursores van abriéndose paso a través de los macrófagos y, llegado el momento de la expulsión del núcleo.

El eritroblasto se contacta con una célula endotelial, pasa a través de un poro en el citoplasma de ésta e ingresa a la circulación. El núcleo es expulsado antes de su salida de la médula ósea, y es fagocitado y degradado por los macrófagos.

·      Proeritroblastos. son las células que madurativamente siguen a la CFU-E y se caracterizan por ser voluminosas, de 20 a 25 micrones de diámetro, de forma redondeada irregular, ligeramente ovalada.
El núcleo ocupa cerca del 80% del volumen celular total, y contiene fina cromatina distribuida en pequeños acúmulos, observándose uno o varios nucléolos bien definidos. Los polirribosomas se distribuyen en grupos de 2 a 6 en el citoplasma celular, dando al proeritroblasto su aspecto basófilo intenso característico.

·      Eritroblastos basófilos. son menos voluminosos que los proeritroblastos, y miden cerca de 16-18 micrones. El núcleo ocupa las tres cuartas partes del área celular y se caracteriza por su heterocromatina violeta oscuro con acúmulos rosados de eucromatina, unidos entre sí por bandas irregulares. El conjunto de estas estructuras le da al núcleo un aspecto de rueda o reloj.
El citoplasma es color azul intenso, con un halo perinuclear más claro y otro rodeando el aparato de Golgi. La basofilia citoplasmática corresponde a la presencia de polirribosomas. Suelen verse también microtúbulos conectando dos eritroblastos en mitosis.

·      Eritroblastos policromatófilos. Luego de la segunda división mitótica de las células de la serie roja, el citoplasma va tomando un color más rosado a medida que la hemoglobina diluye el contenido de los polirribosomas. Los eritroblastos policromatófilos, miden entre 12 y 15 micrones y su núcleo ocupa menos de la mitad del área celular.
La heterocromatina se observa bien definida y en acúmulos.  Ya no se observa nucléolo y el halo perinuclear aún está presente en esta fase madurativa. Dentro del citoplasma pueden observarse siderosomas y moléculas de ferritina dispersas. El aparato de Golgi es más pequeño y puede contener lisosomas.

·      Eritroblastos ortocromáticos.  Luego de la división mitótica final de la serie eritropoyética, la concentración de hemoglobina aumenta confiriéndole a la célula un aspecto mucho menos basófílo que las anteriores, aunque como aún se siguen observando monorribosomas, el aspecto es de colores mixtos, característico del eritroblasto ortocromático.

Esta célula, de 10 a 15 micrones, posee un núcleo pequeño sumamente denso que ocupa tan sólo un cuarto del área celular y se dispone en una ubicación excéntrica. El eritroblasto ortocromático posee una gran movilidad, probablemente necesaria para la posterior expulsión del núcleo. La ultra estructura de esta célula evidencia bordes irregulares, reflejando la motilidad, heterocromatina en grandes acúmulos intranucleares y ribosomas dispersos en el citoplasma. Las mitocondrias son menos voluminosas y reducidas en número, así como la hemoglobina se encuentra en toda la célula, inclusive en el núcleo
RETICULOCITOS
Los reticulocitos surgen una vez que el eritroblasto ortocromático se ha desembarazado del núcleo.  El proceso de expulsión nuclear comienza mientras el eritroblasto aún forma parte de la isla eritroblástica, o bien, a medida que la célula atraviesa la pared del seno medular.
El núcleo, incapaz de atravesar este escollo, queda en la médula ósea y es rápidamente fagocitado por los macrófagos de la isla. 
El reticulocito aún posee mitocondrias, algunos ribosomas, el centriolo y resabios del aparato de Golgi, sin retículo endoplásmico. A la microscopia electrónica se observan como células de forma irregular, con varias organelas remanentes en su interior.
ERITROCITO MADURO

El eritrocito normal tiene el aspecto de un disco bicóncavo, con un diámetro promedio de 8 micrones, el cual disminuye discretamente con el envejecimiento celular. Su flexibilidad le permite una deformabilidad que hace a la célula capaz de atravesar capilares de hasta 2,8 micrones de diámetro.

Dicha deformabilidad tiene lugar gracias a varios factores:  la membrana plasmática eritrocitaria es excesiva para la superficie celular, la viscosidad interna (dependiente de la concentración de hemoglobina) y el radio superficie-volumen de la célula. En la circulación, la principal causa de disminución de la deformabilidad eritrocitaria es la membrana insuficiente, hecho que ocurre en la esferocitosis.
El glóbulo rojo normal se tiñe de color rojo-amarronado con Wright y rosa con Giernsa. El tercio central de la célula es de color algo más pálido que la periferia, lo cual refleja su forma bicóncava.
El eritrocito transcurre la mayor parte de su vida útil (100 a 120 días) en la microcirculación capilar, en donde se calcula que viaja una distancia de aproximadamente 250 km en total. A medida que envejece, el glóbulo rojo va perdiendo progresivamente su membrana y disminuye su deformabilidad, aunque todos estos cambios no se observan morfológicamente.
El eritrocito se comporta como un osmómetro, ya que depende directamente de la osmolaridad plasmática: cuando se lo ubica en una solución hipertónica, se encoge de tal forma que las superficies internas de su parte central prácticamente se contactan entre sí. Del mismo modo, cuando se lo expone a un medio hipotónico, aumenta peligrosamente de volumen hasta incluso romperse si supera su nivel de hemólisis (cerca de 10 nm o 100 Á).

DISTINTOS TIPOS MORFOLÓGICOS DE ERITROCITOS.
l. Sideroblastos en anillo. Células presentes en trastornos caracterizados por una anomalía en la maduración eritrocitaria que determina una eritropoyesis ineficaz e hiperferremia, como ocurre en las anemias sideroblástícas (alcoholismo, intoxicación con plomo), en las anemias diseritropoyéticas o en ciertas hemoglobinopatías. Morfológicamente, los sideroblastos pueden contener gránulos de hierro dispuestos en círculo alrededor del núcleo, tal es la razón por la cual también se los conoce como sideroblastos en anillo. De manera característica se observa, bajo microscopia electrónica, depósitos de hierro dentro de las mitocondrias, entre sus crestas.                                                                                                         
2. Eritrocitos   con cuerpos de Howell - Jolly.  Restos nucleares que permanecen en el interior de reticulocitos. Por lo general es uno solo, de no más de 0,5 micrones de diámetro, a veces varios. Característicamente se observan en pacientes esplenectomizados, en anemias hemolíticas, en anemia megaloblástica y en estados de hipoesplenismo.
3. Reticulocitos con anillos de Cabot. Estructura anular que se observa en el interior de los reticulocitos en pacientes con anemia megaloblástica. Se cree que representan material remanente de mitosis anormales.

4. Eritrocitos con cuerpos de Heinz.  Resultado de proteínas desnaturalizadas, sobre todo hemoglobina, presentes en los eritrocitos de pacientes con talasemia, hemoglobinopatías o anemia drepanocítica.  Suelen adherirse al interior de la membrana celular.
5. Eritrocitos   normales.  Con forma de disco bicóncavo, ligeramente más pálido en el centro que en la periferia.
6. Microcitos.  Glóbulos rojos pequeños característicos de la anemia ferropénica.  Generalmente son hipocrómicos (por menor hemoglobina) o de tinción irregular (poiquilocromía).
7.  Equinocitos.  Eritrocitos espiculados que se observan en la insuficiencia renal crónica, en hepatopatías, en estados de hipopotasemia postransfusión de sangre envejecida, en úlcera péptica sangrante y en cáncer de estómago.
8.  Eritrocitos crenados. Estado último del equinocito, en el cual las proyecciones son pequeños montículos dispersos sobre la superficie eritrocitaria. También llamados equinocitos tipo IV.
9.  Estomatocitos. Eritrocitos en forma de "bowl" o de copa, con una única concavidad, observables en esferocitosis hereditaria, alcoholismo, cirrosis hepática y otras hepatopatías.
10. Acantocitos. Eritrocitos de forma irregular, con 2 a 10 espículas de largo y diámetro variable. Suelen observarse en la abetalipoproteinemia, en la hepatopatía alcohólica, posesplenectomía y en trastornos malabsortivos.
11.  Esferocitos.  Eritrocitos adelgazados, con reducida concavidad central y denso contenido de hemoglobina en su interior. Presentes en la esferocitosis hereditaria, en la anemia hemolítica autoinmune, en estados hemolíticos en general y en postransfusión de sangre.
12.  Esquizocitos. Eritrocitos fragmentados, frecuentemente con aspecto de mitad de disco, de forma irregular. Suelen verse en estados de hemólisis microangiopática (síndrome urémico hemolítico, vasculitis, rechazo a trasplante renal, glomerulonefritis, coagulación intravascular diseminada, etc.), carcinomatosis, hemólisis por prótesis valvulares, quemados severos, hemoglobinurias.
13.  Drepanocitos o células falciformes. Eritrocitos con hemoglobina S que adquieren formas variables, espiculadas, bipolares, etc. Son característicos de la anemia drepanocítica.
14.  Eliptocitos u ovalocitos. Eritrocitos ovalados elipsoides con polarización de la hemoglobina, que se observan en la eliptocitosis hereditaria, en la talasemia, en las anemias ferropénicas y en las anemias megaloblásticas.
15.  Codocitos. Eritrocitos con forma de campana que se observan con imágenes similares a un tiro al blanco en los extendidos.  Se observan en las hepatopatías crónicas, en las hemoglobinopatías, en la talasemia, en las anemias ferropénicas, posesplenectomía, etcétera.
16.  Dacriocitos. Glóbulos rojos de forma similar a una lágrima que se observan en las mielofibrosis con metaplasma mieloide y en las talasemias.
17.  Leptocitos. Eritrocitos adelgazados con hemoglobina en uno de sus extremos. Pueden verse en las talasemias y en las hepatopatías crónicas obstructivas.
18.  Queratocitos.  Eritrocitos en forma de media luna que suelen observarse en coagulación intravascular diseminada o en hemólisis por prótesis vasculares.

SERIE BLANCA
LOS GRANULOCITOS
En la hematopoyesis, las células destinadas a formar la serie granulocítica, es decir, neutrófilos, eosinófilos y basófilos, sintetizan proteínas y las almacenan en gránulos citoplasmáticos que le dan el aspecto característico. Estos gránulos, primarios o azurófilos, definen la conversión del mieloblasto, una célula agranular que constituye el precursor más precoz de esta serie visible al microscopio óptico, en promielocito, el cual es rico en gránulos azurófilos,
Posteriormente al promielocito aparecerán gránulos específicos que definirán la progresión hacia mielocitos de tipo neutrófílos, eosinófilos o basófilos. Una vez determinado el camino seguir, las células siguientes ya no se dividen, son amitóticas, y se caracterizan por presentar un núcleo segmentado y por su capacidad de motilidad, fagocitosis y destrucción microbiana.
Los granulocitos maduros también desarrollan estructuras citoplasmáticas y de superficie que les permiten adherirse y atravesar la pared de vénulas. De esta manera, luego de alcanzar la circulación desde la médula ósea, se dirigen rápidamente hacia los tejidos en donde cumplirán funciones de defensa, para lo cual fueron destinados.
Los neutrófilos representan una variedad de granulocitos especializados en la fagocitosis y destrucción de microorganismos.  Los eosinófilos y los basófilos participan fundamentalmente de respuestas alérgicas e inflamatorias.

NEUTRÓFILOS
Los neutrófilos constituyen la variedad predominante de granulocitos, cerca del 90%. El sistema de neutropoyesis tiene una alta velocidad de producción celular y está finamente regulado de modo tal de incrementar la producción en respuesta a estímulos inflamatorios.
Una vez que el mieloblasto define su camino hacia la producción de neutrófílos, la secuencia normal de maduración celular en la médula ósea es la siguiente: 

  1.    Mieloblasto
  2.   Promielocito
  3.   Mielocito
  4.   Metamielocito
  5.     Neutrófilo en cayado
  6.     Neutrófilo segmentado.
Entre el mieloblasto y el mielocito se suceden cerca de cinco divisiones celulares. Luego del estadio de mielocito, las células ya no se dividen más y ocupan un compartimiento medular. Los neutrófilos maduros son almacenados en la médula antes de ser liberados a la circulación durante cinco días. Una vez en la sangre su permanencia en ella es fugaz, cerca de seis horas promedio ya que pasan rápidamente hacia los tejidos en donde ejercen sus funciones durante uno o dos días antes de su muerte.
Gránulos citoplasmáticos. A medida que los precursores del neutrófilo van madurando, van sintetizando las distintas proteínas que integrarán los característicos gránulos citoplasmáticos.
Mientras que el mieloblasto es una célula prácticamente agranular, el siguiente estadio, el promielocito, ya posee grandes gránulos peroxidasa-positivos, los gránulos primarios o azurófilos.
Los mielocitos agregan los gránulos secundarios, peroxidasa-negativo, Los neutrófílos maduros poseen ambos tipos de gránulos, aunque los secundarios son casi el doble de los primarios.
Los gránulos azurófilos (primarios, peroxidasa-positivos) son voluminosos, de aproximadamente 500 nm, visibles al microscopio óptico, mientras que los secundarios (específicos o peroxidasa-negativos) son pequeños (200 nm) y no suelen verse a la microscopia óptica sino como un puntillado rosado citoplasmático característico de estas células a partir del estadio de mielocito.
Además de mieloperoxidasa, los gránulos primarios contienen numerosas enzimas lisosomales y factores bactericidas antes conocidos como proteínas catiónicas (defensinas, factores bactericidas azurófilo-derivados, proteína bactericida incrementadora de permeabilidad).
Los gránulos secundarios contienen lactoferrína, lísozima, proteína ligadora de B12 y otras proteínas.
Los neutrófilos segmentados son el último estadio madurativo de las células neutrófilas, Constituyen de un 7 a un 25% de las células nucleadas presentes en médula ósea y es bajo esta forma que alcanzan sangre periférica.
Son redondeadas de tamaño entre 12 y 14 µm, su núcleo es único y se encuentra segmentado en 2 a 5 lóbulos unidos por puentes cromatínicos delgados.
El citoplasma tiene numerosas granulaciones secundarias que aparecen de color pardo y en menor número granulaciones primarias color azul oscuro visibles con las coloraciones panópticas. Citoquímicamente son positivos a peroxidasa y a PAS y negativos a esterasa no específica. 
El conteo normal de neutrófilos oscila entre 1,6 a 7,4 103/µl. Sus precursores inmediatos son los neutrófilos en cayado, que se caracterizan por tener el núcleo menos segmentado y también se los puede encontrar en extendidos de sangre periférica normal, aunque su abundancia se relaciona con infecciones severas.

EOSINÓFILOS
Los eosinófilos tienen forma redondeada con tamaño aproximado de 16 µ.m, el núcleo generalmente se presenta con dos lóbulos y la granulación secundaria nunca se dispone por encima del núcleo y es de color naranja a marrón anaranjado con las coloraciones panópticas. Son raramente encontrados en extendidos de sangre no patológica
Los eosinófilos también cumplen funciones de defensa, aunque su actividad bactericida es mucho menor que la de los neutrófilos. En sus gránulos almacenan proteínas con funciones citotóxicas para parásitos, por lo cual se considera que tienen cierta acción de defensa contra este tipo de organismos.
Asimismo, los eosinófilos están implicados en las respuestas inflamatorias relacionadas con fenómenos alérgicos. Los eosinófilos siguen una línea celular madurativa similar a los neutrófilos: 

  • .    mieloblasto eosinófilo
  • .    promielocito
  • .    mielocito 
  • .    eosinófilo maduro.
Desde el estadio de promielocito, las células contienen gránulos acidófilos característicos. El núcleo del eosinófilo maduro es bilobulado.
Los gránulos del eosinófilo y sus precursores mieloides contienen abundante peroxidasa y enzimas lisosomales. La peroxidasa de estas células es genéticamente diferente a la de los neutrófilos, y no tiene la actividad bactericida de la de dichas células. Más de la mitad de las proteínas de los gránulos son proteínas básicas mayores, de actividad citotóxica para parásitos y que también inducen la liberación de histamina por parte de basófilos y mastocitos

BASÓFILOS
El tamaño de los basófilos se encuentra entre 10 y 13 µm. El núcleo tiene generalmente 2 o 3 lóbulos unidos por puentes cromatínicos, difícilmente visibles con microscopia óptica debido a la granulación densa que cubre a éste. La granulación secundaria basofílica suele tener forma poligonal y aparece de color azul oscuro con las tinciones habituales.
El contenido de estos gránulos es rico en mucopolisacáridos ácidos sulfatados,  glucógeno y peroxidasa, por lo que dan positiva la reacción de PAS y peroxidasa.
Los basófilos constituyen una muy pequeña proporción de los leucocitos circulantes, ya que tienden a ubicarse en los tejidos en donde existe inflamación relacionada con hipersensibilidad a proteínas, alergia de contacto o rechazo injerto contra huésped.
Si bien son de linajes celulares diferentes, comparten muchas características con los mastocitos o células cebadas. Ambas células poseen gránulos metacromáticos, aunque a la microscopia electrónica puede verse que no son iguales. Estas células son capaces de fagocitar eritrocitos, aunque su actividad fagocitaría es considerablemente menor que la de los otros granulocitos y carecen de enzimas bactericidas o lisosomales.


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